Nos encontramos ante un libro que nos mantendrá pegados a sus páginas
hasta el final.
Hace diez años un asesino en serie tuvo al país pendiente de sus crímenes,
y ahora una estudiante de último curso está dispuesta a despertar de nuevo
el interés sobre el caso haciendo una tesis sobre los daños colaterales
del asesino,en sus familiares.
Kim comenzará a entrevistar a las familias ayudada por un amigo de su
madre,David Gurney un detective retirado que se convertirá como en
otras novelas del autor,en el protagonista de la trama.
David y Kim,se verán involucrados en una serie de incidentes que pondrán
al detective de nuevo sobre la pista del asesino.
Cuando comienzan de nuevo los asesinatos,comenzará también la lucha
de David contra el sistema,para averiguar en qué se equivocó la policía
para que el asesino siga suelto y sobre todo que siga matando.
Es un libro que mantiene la atención del lector,y página tras página
tienes la impresión de encontrarte dentro de la trama.Por lo que resulta
inverosímil que de un capítulo a otro el asesino aparezca y te quedes
pensando ¿dónde me perdí?...ha sido una decepción enorme,pues está
muy bien estructurado y un final precipitado y sin base no encaja en él.
Con un montón de cabos sueltos que hacen que cuando terminas el libro
te preguntes..¿pero qué paso con aquello que ocurrió?¿y con lo otro?
En definitiva,que miras una y otra vez las páginas finales en busca de
lo que no hay.Me ha dado mucha pena,pues consiguió que lo leyera
en dos días y es inexplicable lo que ha hecho el autor.